martes, 27 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. CONCEPCIÓN DE ATACO.

En medio de la cordillera Apaneca- Lamatepec, encontramos a Concepción de Ataco, pueblo de montaña con una elevación de 1275 msnm. Destino obligado de los visitantes de la "Ruta de Las Flores", Ataco se ha desarrollado como un polo de desarrollo turístico en los últimos años debido a una apropiada visión de futuro, clima agradable y una población con un especial carisma que los hace  anfitriones perfectos.
Etimológicamente Ataco significa, en lengua pipil o nahuat:  “Lugar de elevados manantiales”

Al costado del parque central se encuentra se Iglesia de la Inmaculada Concepción. Las fiestas patronales se celebran del 16 al 18 de octubre en honor a San Lucas y del 11 al 15 de diciembre en honor a su patrona, la Virgen de la Inmaculada Concepción; el día 7 de septiembre se celebra la fiesta del Día de los Farolitos, conmemorando  el Nacimiento de la Virgen María, y se coloca una imagen de la Virgen María recién nacida, que es venerada por los visitantes. El 6 de enero se acostumbra  salir en pastorelas bailando y alzando cantos al Niño Dios, recorriendo  las calles de la ciudad.
El municipio cuenta con una variada oferta turística: su casco urbano, con mucho comercio artesanal y gastronómico; Las Piscinas de Atzumpa. Este es un balneario natural pequeño que contiene piscinas de agua cristalina gracias a un nacimiento natural de agua; La Cruz del Cielito Lindo. Mirador desde donde se puede observar todo el pueblo de Ataco y alrededores; Plaza Mirador Pío Pietrelcina. Este brinda una extensa vista de la sierra Apaneca-Ilamatepec y Caseríos, esta fue construida por la familia Caliche Moran en agradecimiento a un milagro recibido.

Entre los Pueblos Vivos salvadoreños, Ataco tiene un lugar muy especial ya que su privilegiado clima, su cultura y sus atractivos son parte importante de los atractivos de la parte occidental del país.

lunes, 26 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. METAPÁN.

Metapán es un municipio del departamento de Santa Ana, fronterizo con Guatemala y fuente de importantes yacimientos de materiales para la manufactura del cemento.
El origen del nombre de Metapán procede de origen náhuat o pipil que significa met (Maguey) y apan (río), por lo que el significado completo es "río de maguey o de magueyes".





En esta ciudad encontramos una de las más antiguas e impresionantes iglesias coloniales salvadoreñas: La Iglesia de San Pedro Apóstol, inaugurada el 11 de junio de 1743. Sus fiestas patronales son celebradas del 26 al 29 de junio.




Entre los principales atractivos turísticos de Metapán encontramos: el Lago de Güija, Apuzunga, Azacualpa, El Limo, La Ruta de la Cal, la Laguna de Metapán y el Parque Nacional Montecristo.

Metapán se gloría de ser la cuna del prócer, legislador y sabio jurisconsulto, presbítero y Dr. don Isidro Menéndez, autor de la voluminosa "Recopilación de Leyes Patrias". También es cuna del doctor Ignacio Gómez, atildado escritor, jurisconsulto de nota y uno de nuestros más grandes diplomáticos. Otro de los hijos notables de Metapán es el doctor José de Jesús Luna, uno de los primeros y más famosos Médico cirujanos de El Salvador. El doctor Gregorio Arbizú, notable hombre público, que figuró en las administraciones del licenciado Francisco Dueñas y del mariscal de campo Santiago González.

Metapán es otro Pueblo Vivo Salvadoreño con una gran oferta turística y cultural.

viernes, 23 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. LA PALMA


La Palma es un pueblo de montaña en El Salvador con mucha personalidad. Ubicado en la cordillera del Norte, también llamada Alotepec- Metapán. Conocido como cuna de la paz, debido a que fué escenario de importantes conversaciones de paz entre el gobierno del presidente Duarte y la guerrilla del FMLN durante el conflicto armado de la decada de los 80.



Sus principales actividades económicas son: el turismo, las artesanías y la agricultura. En la década de los 70, el pintor salvadoreño Fernando Llort, inspira y crea el llamado "estilo palmeño" de artesanías que, a la fecha, lo identifica plenamente. Actualmente existen al rededor de 100 talleres dedicadas a la fabricación y venta de artesanías.

Las fiestas patronales, dedicadas a la Virgen del Dulce Nombre de María, se celebran del 13 al 21 de febrero. Los festejos iniciarán con el colorido desfile del correo que recorrerá las principales calles de la localidad para después seguir con la elección y la coronación de la reina de las fiestas, que se realizará en el parque central del municipio a partir de las 6 de la tarde.




Excelente clima, una cultura turística y artesanal muy desarrollada y muchos espacios abiertos con impresionantes paisajes hacen del municipio de La Palma un Pueblo Vivo salvadoreño que vale la pena ser visitado.


jueves, 22 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. SAN IGNACIO.

San Ignacio es un municipio del departamento de Chalatenango, ubicado en la cordillera Alotepec- Metapán en la zona fronteriza con Honduras. Pueblo de montañas y pinos es punto de referencia en la ruta que lleva al cerro El Pital, punto más elevado del territorio salvadoreño con 2,730 mts sobre el nivel del mar.
San Ignacio lleva su nombre en honor de San Ignacio de Loyola, fundador de "La Compañia de Jesus" y sus celebraciones patronales son del 23 al 31 de julio


San Ignacio representa unos de los principales puntos de atracción turística en El Salvador por su clima agradable y las montañas que le rodean; sus principales riquezas turísticas son: El Peñón de Cayaguanca, el Cerro El Pital situado a 2730m SNM lo cual lo define como el punto más alto en El Salvador y el Cantón Las Pilas donde se encuentran cultivos de una gran variedad de frutas y hortalizas no vistas en otro punto del país debido a que el clima local es excelente y el indicado para su cultivo.

Cerro el Pital

Debido a su proximidad con La Palma, cuna de un estilo artesanal propio, también encontramos centros y tiendas artesanales que evocan dicho estilo.
Naturaleza en espacios abiertos, cultura viva, artesanías y un clima agradable hacen de San Ignacio una excelente opción para visitar.

miércoles, 21 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. ILOBASCO


Ilobasco es una ciudad del departamento de Cabañas, en la región para central del país. Se encuentra a 54 kilómetros de la Ciudad Capital y es otro de los Pueblos Vivos que todos los salvadoreños y extranjeros debemos visitar.
Su nombre proviene de dos voces del idioma Náhuat:  Hilotasca, que significa “tortilla de elote tierno” y cox, sufijo de "lugar". Desde la época colonial el nombre ha sido escrito de diferentes maneras “Gilobasco, Hilobasco, Xilobasco”.
Esta ciudad es cuna de dos ex presidentes de la República: el General Fernando Figueroa, que gobernó el país del 15 de mayo al 18 de junio de 1885 y del 1ºde marzo de 1907 al 28 de febrero de 1911; y del General Rafael Antonio Gutiérrez, quien ocupó la primera magistratura del país del 10 de junio de 1894 al 13 de noviembre de 1898.
También son es hijo distinguido de este municipio el Licenciado Enrique Hoyos, conocido en su época, como “el segundo orador de los Andes”. El parque de la ciudad es nombrado en su honor.

La parroquia está dedicada a San Miguel Arcángel, cuya fiesta se celebra el 29 de septiembre. Su fundación cómo parroquia nominalmente data de 1785. Pero según algunas notificaciones que se encuentran en el archivo parroquial se consideraba cómo tal desde 1777.

La ciudad de Ilobasco celebra tradicionalmente sus fiestas patronales el mes de septiembre, en los días comprendidos del 20 al 28 en honor a San Miguel Arcángel. Es una alegre celebración a la que asisten numerosos ilobasquenses residentes en el exterior.

Además el 10 de mayo se celebran las fiestas en honor a la Virgen de los Desamparados; del 6 al 8 de diciembre en honor a la Virgen Inmaculada Concepción y una romería en honor al Señor de las Misericordias celebrada del 12 al 14 de enero.

Ilobasco es conocido, tanto en El Salvador como en el extranjero,  debido a sus artesanías de barro. Oficio que los naturales de Ilobasco ejercen con todo orgullo, hasta el punto de haber erigido un monumento dedicado a los artesanos del barro.

Cultura, artesanías y el espíritu jovial de su gente, hacen de este municipio un verdadero Pueblo Vivo salvadoreño para visitar con la familia y con amigos.

martes, 20 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. JAYAQUE


Jayaque es un municipio del departamento de La Libertad ubicado en el corazón de la cordillera del Bálsamo con una altura de 900 msnm.

Su nombre  Significa "cerro de los enmascarados", de xayacat, faz fisonomía, cara, enmascarado, y tepec, cerro, montaña, localidad.
La principal actividad económica de este municipio es la producción y comercialización de café siendo este de tal importancia que ya es conocido ampliamente el "tour de café de Jayaque" como parte de la oferta turística salvadoreña. En este tour podremos conocer el proceso de producción ( plantación, recolección y beneficiado) de uno de los mejores cafés cultivados en El Salvador.





Sus fiestas patronales se celebran del 22 al 25 de julio, en ocasión de los festejos de San Cristóbal, patrono de Jayaque y es uno de los pocos lugares donde celebran el encuentro de "Los Cumpas o Compadres"



Jayaque también ha sido escenario de la práctica de deportes extremos como el "longboard downhill skateboarding" debido a su elevación y a la buena condición de sus carreteras.
Por todo lo mencionado anteriormente, Jayaque es un interesante Pueblo Vivo salvadoreño que no debemos dejar de visitar.



viernes, 16 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. ALEGRIA Y LA ESMERALDA DE AMÉRICA


Alegría es un municipio del departamento de Usulután, en el oriente del país. Debido a su elevación tiene un agradable clima la mayor parte del año.
Este municipio es nombrado en homenaje al Presbítero José Miguel Alegría, en 1891, hijo meritísimo de esta ciudad.
Uno de los atractivos más importantes de Alegría es la laguna del mismo nombre a la cual Gabriela Mistral, premio nobel de literatura, se refiriera como " la Esmeralda de América" debido al color de sus azufradas aguas.

Otro de los ilustres hijos de esta ciudad es el profesor, escritor y periodista Alberto Masferrer, conocido por sus obras como "El Dinero Maldito" y " El Minimun Vital".

Esta ciudad ganó el primer lugar en el concurso “Pueblos Vivos” que desarrolló el Ministerio de Turismo; es un pueblo sencillo y humilde con gente trabajadora; entre las facilidades que ofrecen al visitante hay sitios de esparcimiento y viajes a la laguna en diversos sistemas de transporte, carruajes, buses turísticos y trenes alegres; tiene una oficina municipal encargada de informar al turista y un bonito parque donde se venden artesanías locales; posee casas de estilo moderno y muchas con estilos coloniales.

Las fiestas patronales se celebran del 26 al 29 de septiembre en honor a San Miguel Arcángel.

Un clima fresco, excelente café cultivado en sus alrededores, una expectacular laguna y la bella gente de Alegría son los ingredientes que convierten a este municipio  en un autentico Pueblo Vivo salvadoreño que merece ser visitado.


jueves, 15 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. IZALCO

Izalco es un municipio del departamento de Sonsonate a  45 minutos de la ciudad capital. De acuerdo al historiador Jorge Lardé y Larín, Izalco proviene de las raíces itz (obsidiana); cal (casa), y co (lugar), lo que se traduce en «ciudad de las casas de obsidiana». Se encuentra ubicada a las faldas del volcán del mismo nombre y ha sido habitada por grupos pipiles y descendientes de pipiles desde la época prehispánica. Debido a su tradición cultural pipil combinada con las tradiciones coloniales, el pueblo de Izalco se convierte en un lugar único, donde creencias populares se unen al fervor religioso para dar un resultado sui-generis de cultura, historia y religión.

Su principal Iglesia es la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. El primer templo de la Asunción comenzó a erigirse en el año 1568, aproximadamente. Las descripciones del edificio, en la época de la colonización española, hacían notar que su riqueza no se comparaba a las existentes en la villa de la Santísima Trinidad de Sonsonate. Para el año 1773, sucumbió por los terremotos de Santa Marta, aunque existe otra versión que indica que pudo derrumbarse en 1765 por una serie de sismos.

El nuevo templo comenzó a construirse en 1782 hasta que fue terminado en 1815. La primera piedra fue colocada por Pedro Cortés y Larraz. Parte de las ruinas de la antigua iglesia aún pueden observarse en las cercanías, así como la campana conocida popularmente como María Asunción, que según la tradición fue un obsequio de Carlos I de España.


La semana mayor en Izalco es un una tradición muy arraigada los pobladores y feligreses de todo el salvador nos visitan cada año, desde los mas jóvenes hasta los que ya tienen años de participar en esta tradición que envuelve muchos aspectos y preparación, todo para servir a Dios.

En Izalco encontraras todo tipo de destino...los visitantes quedaran maravillados al ver la diversidad de atractivos con los que cuenta este municipio, desde iglesias coloniales ruinas llenas de historia balnearios ecológicos y sin faltar un impresionante volcán considerado uno de los mas bellos en el mundo.

Por todo lo antes mencionado Izalco es el Pueblo Vivo salvadoreño por excelencia, demostrando que con mucho trabajo y arraigo comunal y cultural se pueden mantener vivas las tradiciones de nuestros abuelos y abuelas.

Serprotur Travel Network le invita a visitar este municipio y al mismo tiempo les enviamos un enorme saludo en vísperas de la celebración de la Virgen de la Asunción.

miércoles, 14 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. SAN SEBASTIAN.

San Sebastián es un municipio del departamento de San Vicente, en la zona central de El Salvador. A los habitantes de este municipio se les conoce con el gentilicio de BATANECOS, el nombre tiene dos orígenes: uno por el mismo nombre del lugar y el otro que proviene del nombre de una tela tipo manta elaborada desde un principio en san Sebastián denominada “BATAN”.





San Sebastían es, actualmente, reconocido en todo el país por la calidad de sus textiles y telares artesanales, hombres y mujeres dominan con maestría este arte y manejan los telares con movimientos precisos de brazos y piernas para dar lugar a bellas figuras y diseños; generalmente el último domingo de julio se celebra el Festival de la Hamaca, donde participan Casas de la Cultura de nueve municipios del departamento.
La Iglesia de San Sebastián se ignora quien la construyó y en qué fecha, pero se sabe que en 1770 San Sebastián era una Villa perteneciente al curato de San Vicente. Su estilo está compuesto por dos cuerpos divididos por cornisamientos muy marcados. El cuerpo inferior está decorado con ocho columnas pareadas de estilo jónico y están montadas sobre basamentos cuadrados. El acceso principal tiene una forma de arco de medio punto rematado por una decoración de estilo clásico.



San Sebastián es parte de la "Ruta Artesanal" de la zona central del país, con hamacas y tejidos de excelente calidad lo que hace de este municipio un "Pueblo Vivo Salvadoreño".


martes, 13 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. PANCHIMALCO


Panchimalco es un municipio ubicado 30 minutos al sur oriente de San Salvador, su nombre, de origen nahuat, significa "Lugar de banderas y escudos". En el centro de la ciudad nos encontramos con la Iglesia de la Santa Cruz de Roma  fue construida alrededor del año 1730 por los nativos, dirigidos a su vez por frailes religiosos. Su fachada es barroca y mide 40 metros de longitud por 18 de ancho. Su bóveda es reforzada por 16 columnas de madera de bálsamo. Sobre las paredes laterales descansan  8 altares barrocos, que alguna vez, estuvieron cubiertos por una fina película de oro. Hay ejemplos de  pintura colonial que pueden apreciarse en diversos óleos, algunos de gran tamaño. Uno de los oleos cuenta en su parte inferior los créditos de quien mando a pintarlos y una fecha del siglo XVIII. La imaginería resulta no menos impresionante, expresiones barrocas como un Nazareno con su cruz a cuestas, virgenes con expresiones sufrientes, ángeles y demás.

Pero sin lugar a dudas el altar mayor resulta impresionante, por su intrincada decoración, compuesta por varias hornacinas y columnas salomónicas. Todo el altar presenta motivos fitoformes de estilo barroco.

Los espacios, fuera de la iglesia, sirven a los habitantes de este municipio para congregarse y disfrutar de diferentes expresiones artísticas como el "Toto quick"  invención del auto nombrado El Chac de Panchimalco, capaz de reproducir, al menos, 50 diferentes sonidos de pajaros.




También encontramos, en Panchimalco, interesantes iniciativas como La Casa Taller Encuentros, un espacio natural para el arte salvadoreño, para la difusión de las culturas y las obras de las nuevas generaciones de artistas y es un punto de referencia para  muchos.




Ubicada al frente de la Casa de la Cultura de la localidad, es dirigida por el pintor salvadoreño Miguel Angel Ramírez, conocido por  pintar rostros de niños que expresan diferentes emociones. 

Arte, cultura y una impresionante vista a la Puerta del Diablo hacen de este municipio otro ejemplo de Pueblos Vivos salvadoreños que valen la pena ser visitados.


lunes, 12 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. ANTIGUO CUZCATLÁN.

Antiguo Cuzcatlán o Cuscatlán, centro del antiguo señorío de Cuscatlán. Se atribuye su fundación a ancianoTopiltzín Atzil, último rey de Tula del Anahuac. Fue un asentamiento Pipil importante y, según los cronistas, centro de la resistencia india ante el avance de los conquistadores liderados por el Adelantado Don Pedro de Alvarado. Está ubicado a orillas de la laguna sagrada, hoy seca. Después de la conquista su importancia se ve opacada por la Ciudad De San Salvador que se convirtió en la capital de la provincia de El Salvador.
Actualmente es uno de los municipios salvadoreños con mayor actividad comercial e industrial y su centro histórico, aunque no es muy antiguo, es punto de desarrollo turístico, con una oferta gastronómica basada en el Maiz como principal ingrediente. El centro del municipio es conocido actualmente por proveer al turista una gran variedad de alternativas para degustar el platillo típico tradicional salvadoreño : Las Pupusas.

Las Fiesta Patronales en honor de los Santos Niños Inocentes se han celebrado en la iglesia desde el siglo quinto. Son venerados como mártires pues no sólo murieron por Cristo, sino en lugar de Cristo. Las celebraciones de Antiguo Cuscatlán son únicas en El Salvador e incluyen la celebración del aniversario de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre y el día de los Santos Niños inocentes se celebra el 28 del mismo mes. Los festejos se han venido innovando al punto de alcanzar el equilibrio deseado para que su contenido exprese el deseo de cada uno. Carrozas, carnavales, reinas, correo, pólvora, religión, cultura, música, payasos, son parte de casi todo el mes de Diciembre.

Antiguo Cuscatlán es, sin lugar a dudas, uno de los municipios salvadoreños que nos ofrecen la combinación adecuada de cultura viva y gastronomía para poder llamarlo apropiadamente " Pueblo Vivo".

SERPROTUR TRAVEL NETWORK  les invita a vivir la cultura salvadoreña visitando nuestros Pueblos Vivos.


viernes, 9 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. EL PUERTO DE LA LIBERTAD.

Puerto de La Libertad

El Puerto de La Libertad, a solo 30 minutos de San Salvador, es uno de los pueblos vivos salvadoreños que más ha experimentado el desarrollo turístico en los últimos años. Su privilegiada geografía le permite ser escenario, de clase mundial, para la práctica de uno de los motores de desarrollo turístico más importantes para las ciudades costeras del mundo: el surf.





Puntaroca, en el corazón del Puerto,  es una ola de punta rocosa derecha y es conocida mundialmente por la
perfección con la que revienta con largos recorridos de hasta 400 metros, verticales paredes y ovalados barriles. Recientemente sirvió de escenario para una competencia internacional 6 estrellas de la WQS (World Qualifying Series) con alrededor de $155,000 en premios.

 Una visionaria gestión municipal ha impulsado el turismo con la ampliación y mejora del "Malecón Turístico", abriendo oportunidades para empresarios locales de ofrecer sus servicios en un ambiente de tranquilidad y contando con los más frescos mariscos sacados por los pescadores que se dan cita en el mercado de pescado en el muelle artesanal.
Sol, surf, playa, fresca comida y ambiente agradable son los ingredientes que hacen del Puerto de La Libertad un pueblo vivo y un destino turístico, que tanto nacionales como extranjeros visitan diariamente, ya sea para surfear, tomar el     sol o deleitarse con los mejores frutos del mar.
SERPROTUR TRAVEL NETWORK le invita a visitar este municipio acompañandonos  en nuestro TOUR DEL  PUERTO DE LA LIBERTAD.

jueves, 8 de agosto de 2013

PUEBLOS VIVOS DE EL SALVADOR. CHALCHUAPA


Historia de las Fiestas Patronales en Chalchuapa



Santiago Apostol
Como ha sido costumbre las Fiestas Patronales, celebradas del 10 al 16 de agosto, comenzaban con la salida del Correo, en ese entonces se hacía en un día sábado, este correo consistía en la presentación de algo satírico y risible, este iba acompañado de payasos, entre otros, ya que esto daba a conocer que las fiestas habían comenzado, en el recorrido del correo repartían el Programa de las Fiestas, que contenía lo que eran las directivas, un saludo al pueblo Chalchuapaneco, la programación de las actividades que se realizarían durante todas las fiestas, información literaria o histórica y chistes alusivos a algunas personas de la comunidad, los cuales hacían reír a todos, aunque en ocasiones no eran del agrado de quien se hablaba, pero no importaba ya que todos sabían que era en el marco de nuestras fiestas; durante el transcurso de estas, las reinas recorrían la ciudad en carrozas muy adornadas artísticamente, y al terminar su recorrido por las noches se celebraban bailes en su honor; en el parque se hacían muchas actividades, se daban regalos a los niños pobres, y por las noches todo el pueblo asistía a los conciertos con marimba.- Una tradición perdida y que recuerdo que mi abuelita me la contaba y que se daba en este marco es que los hombres caminaban alrededor del parque en un sentido, y las mujeres lo hacían en sentido contrario al de estos, entonces como una forma de conquistarlas o hacerles saber que ellas les gustaban les tiraban confeti o serpentinas y como parte de la declaración de amor los hombres les colocaban una mariposa a la altura del pecho.
En el Modelo se realizaban las carreras de cintas, que consiste en que se coloca una cuerda entre dos palos, a lo largo de esta se colocan una cantidad de cintas con una argolla en su extremos, las cuales los jinetes montados a caballo debían tratar de agarrar utilizando un palo que llevaban en una de sus manos; también se competía en el palo encebado que consiste en un tronco de considerable altura el cual cubrían de cebo o grasa de animales para hacer una superficie extremadamente resbalosa, los competidores intentaban llegar hasta lo más alto para reclamar el premio como suyo; las carreras de encostalados, en esta los competidores se colocaban dentro de costales y comenzaban a saltar, si es que no se caían, hasta llegar a la meta; los torneos de fútbol y las competencias de natación en la laguna de Cuzcachapa eran otras de las actividades recreativas que se realizaban; las “Entradas” eran otras actividades, muy alegres que la gente esperaban con ansias, en estas se vendían dulces en cartuchos o cajetas de papel con una banderita, que colgaban en largas graderías de madera, las cuales adornaban con gallardetes de colores y ramas de coco, debajo de un velacho para protegerse del sol y se situaban en una calle la cual visitaba toda la gente, para llamar la atención reventaban cohetes y había música de banda o de marimbas.
La organización de estas fiestas la encabezaba la municipalidad, a través de la creación del Comité Central y después se organizaban los Comités de Barrios; el Comité Central disponía del dinero que la alcaldía aportaba para las fiestas, y los Comités de los Barrios visitaban a los vecinos de cada uno de estos solicitando una colaboración económica, otras actividades para que estos recaudaran fondos también era la venta de votos, mediante la cual a su vez se elegía a la reina, también realizaban entradas, rifas y bailes, todo lo necesario para llenar de alegría a Chalchuapa durante su fiesta.
Pero lo que mas destacaba estas fiestas eran las ceremonias religiosas, en las cuales la gente manifestaba su devoción por el Santo Patrono Santiago; en un principio, para ser mas precisos el veinticinco de julio de mil quinientos sesenta y nueve, se consagro Chalchuapa al Patrón Santiago por el Obispo de Guatemala Fray Bernardino de Villapando, por lo que desde esa fecha la ciudad se llamo Santiago Chalchuapa, y en ese entonces las fiestas se celebraban el veinticinco de julio de cada año, y estas duraban una semana, en las cuales como ya hemos mencionado el pueblo Chalchuapaneco demostraba su fervor y alegría asistiendo a las diferentes actividades que se realizaban.


reproducido de: http://vivachalchuapa.blogspot.com

viernes, 2 de agosto de 2013

CÁPSULA CULTURAL # 17. APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LAS FIESTAS AGOSTINAS

 

Apuntes para una historia de las fiestas agostinas


Las fechas más importantes para la ciudadanía capitalina han llegado, vociferadas por las calles y avenidas de San Salvador por la carroza del Correo, el Chichimeco y los viejos de agosto. Estas páginas constituyen un esbozo de un recuento histórico de esos festejos, dedicados al “Colocho”.


Carlos Cañas Dinarte efemeridessv@gmail.com
Jueves 1, agosto 2013 | 3:50 pm – ElMundo.com.sv
 



 
Durante el siglo XVI, las celebraciones católicas de la ciudad colonial de San Salvador fueron mezcladas con la ceremonia de exhibición del Pendón Real, estandarte representativo del imperio ibérico que cada 5 y 6 de agosto era sacado de las instalaciones del cabildo (ayuntamiento o alcaldía) y paseado por las calles polvorientas, con gran pompa y lucido acompañamiento de caballería, con el propósito de que los hombres y mujeres de aquel poblado renovaran sus votos de fidelidad al supremo monarca de España y las tierras de ultramar.

Detrás de los portadores y acompañantes principales del Pendón Real desfilaban los residentes indianos del barrio de Mejicanos, descendientes de los indígenas tlaxcaltecas que salieron de México y participaron en la conquista de Centro América y otras regiones del mundo hispanoamericano. Ellos portaban la espada de Pedro de Alvarado, legada por el conquistador extremeño a esas huestes para rendirles agradecimiento por su apoyo prestado en las cruentas batallas contra los aborígenes guatemaltecos y cuzcatlecos. Desde entonces, los pueblos originarios formaban parte de las celebraciones agostinas.

De esa manera, los festejos dedicados a España y al Salvador del Mundo abarcaban los días quinto y sexto de cada octavo mes del año y revelaban la unión existente entre los poderes terrenales y celestiales que regían a esta porción del Nuevo Mundo. Desde luego, aquella era una visión política interesada e impuesta por la monarquía y el papado. Las actividades de júbilo y alegría popular y gubernamental estaban centradas en la víspera, la misa solemne era desarrollada el día 6, entre los muros de calicanto de la Iglesia Parroquial, construida al oriente de la Plaza de Armas (hoy plaza Libertad) del tercer asentamiento de la urbe sansalvadoreña.

Desde el altar mayor de ese templo parroquial -construido entre 1546 y 1551, gracias a los trabajos de Francisco Castellón, colono citadino y mayordomo del templo- una pesada escultura del Salvador del Mundo, donada por Su Majestad Imperial Carlos V de Alemania y I de España, contemplaba el paso del tiempo entre aquellas personas y calles, sin esperanza alguna de que sus más de dos toneladas fueran alzadas en hombros y sacadas a recorrer las calles de aquella creciente urbe española en tierra salvadoreña.



Surgimiento del “Colocho”

Dos siglos y medio más tarde, las costumbres de muchos habitantes de San Salvador alarmaban a los clérigos, porque eran demasiado relajadas y disolutas, al grado tal que el lugar fue señalado por muchas personas como la Sodoma y Gomorra del Reino de Guatemala. Por tal motivo, fue bien visto el “castigo divino” que se manifestó el 30 de mayo de 1776, cuando la capital de la provincia de San Salvador fue arruinada por un violento terremoto, originado por la fosa de subducción y calculado, en fechas recientes, en 7.5 grados en la escala sismológica de Richter. Dicho evento terráqueo también destrozó al templo de Dolores Izalco y causó más daños en la Alcaldía Mayor de Sonsonate y en otros puntos del Reino.

Ante los vaivenes de la tierra, el temor y el horror se apoderaron de los hombres y mujeres de San Salvador, por lo que a partir de ese momento abarrotaron las iglesias y ermitas en busca del perdón de los cielos. Esa oportunidad no fue desaprovechada por el virtuoso párroco Isidro Sicilia, quien encargó el esculpido y pintado de una imagen portátil del Salvador del Mundo al más notable y hábil escultor, grabador, pintor y dorador de imágenes de toda la región. Se llamaba Silvestre Antonio García y era devoto de San Francisco de Asís, por lo que vestía el hábito de su orden con el grado de terciario, es decir, como un lego cuya fortuna estaba en función de los pobres y las causas nobles.

García era heredero y propietario de la inmensa hacienda San Antonio Los Amates, ubicada al poniente de San Salvador, la que siglos más tarde fue escindida en las fincas El Espino y San Benito. Estaba casado con la mexicana Benita Évora, con quien había procreado a sus dos hijos Vicente y Basilio, este último padre de Salvador García, quien a su vez fue progenitor del médico y exalcalde capitalino Ramón García González y de su hermana María, quien fuera madre de la folclorista María Mendoza García de Baratta.

Con el tallado y pintado de la madera de un naranjo seco que había en su propiedad, Silvestre García cumplió aquel encargo sacerdotal y, para el 5 y 6 de agosto de 1777, una nueva y portátil imagen del Salvador del Mundo fue colocada en el altar mayor de la Iglesia Parroquial de la capital provincial. Así surgió el “Colocho”, como denominó el pueblo a esa escultura religiosa, una denominación congruente con las asignadas en otros puntos de la España metropolitana y americana para otras efigies de culto. Así iniciaba la tradición de la festividad agostina.

Como tributo complementario, García se hizo cargo de organizar y pagar las celebraciones agostinas de los años siguientes, lo cual cumplió hasta el día de su muerte en 1808, no sin antes haber entregado una fuerte suma de dinero al párroco capitalino, presbítero y doctor José Matías Delgado y de León. Esa suma la destinaba para que se le cancelara su paga a obreros y se finalizara la compra de materiales pendientes de la reconstrucción del principal templo de la capital de la Intendencia de San Salvador.

En homenaje civil por su entrega hacia las festividades anuales dedicadas al Salvador del Mundo, el señor J. Antonio Andrade, vecino de Soyapango, solicitó el 27 de junio de 1986 que la Segunda Calle Oriente de la ciudad capital fuera bautizada con el nombre del maestro Silvestre Antonio García. Su petición quedó sin respuesta, a la espera de un concejo local que se interese por rescatar la memoria de los personajes históricos de San Salvador.



 
En manos municipales

A partir del mismo año de la muerte del maestro Silvestre García, la municipalidad de San Salvador asumió la organización y conducción de los festejos agostinos. Para ello, cada mes de mayo nombraba un comité de 16 personas, entre hombres y mujeres, quienes asumían sus cargos como mayordomos o capitanes de barrio y se encargaban de recolectar fondos de manera ingeniosa, suma que era utilizada luego para los materiales con los que cada fracción poblacional de San Salvador honraba a su santo patrono en un día determinado de la semana de celebraciones.

En 1809, la primera capitana nombrada fue la señora Dominga Mayorga, quien organizó una alegre alborada, una fastuosa entrada a la Plaza Mayor y una carroza con forma de barco cargado con flores, las que fueron repartidas entre el público al cerrar su recorrido frente a la Iglesia Parroquial (hoy templo del Rosario, al oriente de la plaza Libertad).

Al año siguiente, la celebración agostina principal fue la representación del Monte Tabor en el atrio de la Iglesia Parroquial, donde el Cristo tallado por Silvestre García fue, una vez más, el centro de atención y atracción.

Para 1811, un año convulso por los ánimos independentistas reinantes, fue construido un carro modesto, de madera, tirado por bueyes y adornado con papeles de colores y muchas flores, entre las que se colocó al “Colocho” y se le llevó a recorrer las calles, por entre el júbilo de la población. Al final del recorrido, frente a la Iglesia Parroquial y la Plaza de Armas, se produjo por primera vez la “Bajada” o cambio de ropas para el Cristo transfigurado. Así se dio origen a un ritual que perduró hasta 1999, cuando el momento de la “Bajada” fue trasladado a la fachada de la nueva Catedral Metropolitana, al norte de la plaza Barrios.



 


¡Fiestas agostinas o diciembrinas?

Las celebraciones civiles y religiosas dedicadas al Salvador del Mundo superaron los convulsos tiempos de la Independencia, la anexión forzosa a México y las guerras federales. Pese al abandono de la ceremonia del Pendón Real, al fragor de las batallas o a la virulencia de las pestes de viruela o de cólera morbus, pocas veces fueron suspendidas en todo su esplendor y reducidas únicamente a la celebración de la misa solemne del 6 de agosto.

Para esos momentos, dicha festividad anual, como bien lo reveló un diario gubernamental de la primera mitad del siglo XIX, “es única en su género: es religiosa, es cívica, es nacional y local a un mismo tiempo; pertenece a todas las clases y a todas las jerarquías: al sansalvadoreño y al vecino de San Miguel o de otra ciudad, al rico y al pobre, al comerciante y al hacendado, al militar y al paisano, al gremio de hombres de letras y al rudo jornalero [...] Marchan todos confundidos en amistosa fraternidad y sin más distinción ni procedencia que aquella que rigurosamente exigen la etiqueta, la urbanidad y el respeto debido a las personas constituidas en dignidad”.

Con gran algarabía y júbilo, desde 1843 y hasta ya entrado el siglo XX, el trabajo de arreglar y decorar el carro para la procesión del Salvador del Mundo le fue confiado a los hombres y mujeres del barrio capitalino de El Calvario.

Pero un decreto ejecutivo del 25 de octubre de 1861, firmado por el general Gerardo Barrios, le dio un súbito giro a los principales festejos de la capital. Por medio de ese texto legal, el mandatario transfirió las fiestas agostinas para el 25 de diciembre, día de la Natividad, con el propósito de que esa ocasión fuera no solo el festejo titular de la ciudad de San Salvador, sino que fuera el último espacio comercial y agropecuario del país y el primero del año siguiente. Esa disposición gubernamental, de clara intervención del Estado en los asuntos de la Iglesia –un gesto muy propio de aquel mandatario-, solo tuvo vigencia hasta el 12 de abril de 1864, cuando el Dr. Francisco Dueñas emitió otro decreto que devolvió las fiestas agostinas a sus fechas tradicionales.

Dotados aún de fervor religioso, los festejos agostinos anuales fueron adquiriendo un gradual tono mundano y comercial, debido a que las personas se preocupaban por estrenar ropas nuevas y los comerciantes se motivaban a “hacer su agosto” (frase española vinculada con el verano), mediante jugosas ventas, que podían incluir descuentos o precios más voraces que en temporadas normales. Esa oportunidad, lograda en pocos días de trabajo arduo, también causó que muchos empleados gubernamentales abandonaran sus puestos de trabajo y se lanzaran a labores comerciales de ocasión, lo cual les fue prohibido por el general Francisco Menéndez mediante un decreto ejecutivo, redactado y firmado el 9 de agosto de 1887.




 
¿Festejos solo para San Salvador?
 
Un decreto ejecutivo del 24 de junio de 1905 elevó las fiestas patronales de San Salvador a la categoría de feria nacional, lo cual permitió que, entre el 1 y el 6 de agosto, se diera una mayor solemnidad y capacidad comercial en la capital salvadoreña.
Dieciséis años más tarde, las fiestas titulares de la ciudad capital revistieron un carácter especial, debido a la cercanía de las fechas conmemorativas del primer centenario de la independencia centroamericana. Durante la misa pontifical del 6 de agosto de 1921, fue interpretado en la nave central de la segunda Catedral Metropolitana (1888-1951) un “Himno al Salvador del Mundo”, cuya letra y música fueron escritas, respectivamente, por el poeta ciego Belisario Calderón y por el filarmónico Pedro J. Guillén. Dedicada al arzobispo capitalino, monseñor Adolfo Pérez y Aguilar, la letra fue reproducida en la portada del Diario del Salvador, San Salvador, año XXXIV, no. 7965, sábado 3 de septiembre de 1921:



¡Salve! Salvador del Mundo,

Patrono de El Salvador,

de quien eres protector,

dándole tu amor profundo.

En la conmemoración

del Tabor de excelsa historia,

tu pueblo exalta la gloria

de tu Transfiguración.

Hincados ante tu trono,

viendo tu faz soberana,

tus hijos cantan ¡Hosanna!

a su Divino Patrono.

¡Salve! Salvador del Mundo,

Patrono de El Salvador,

de quien eres protector,

dándole tu amor profundo.



Dos años más tarde, un acuerdo ejecutivo del 23 de junio de 1923 declaraba que las fiestas titulares de San Salvador debían ser consideradas, en el futuro, como Feria Nacional de El Salvador, pues estaban dedicadas al patrono católico religioso del país, efigie símbolo que ha merecido un monumento en la Plaza de las Américas –inaugurado en diciembre de 1942 y dañado por el terremoto del 10 de octubre de 1986-, emisiones de sellos y tarjetas postales, recuerdos religiosos, imágenes transportadas en la ruta de los migrantes hacia Estados Unidos y hasta un espacio azul en las anteriores placas de los automóviles.

Los personajes agostinos

Para esa segunda década del siglo XX y las posteriores, las fiestas agostinas revestían ya una combinación de elementos religiosos, comerciales y mundanos, envueltos en las alboradas, mascaradas, carrozas de flores y bellas mengalas (señoritas, término que entró en desuso en los años 30), juegos florales, trajes de gala (crinolinas o miriñaques y, después, confeccionados en estilo “flapper” estadounidense); valses, mazurcas, polcas, foxtrots, charlestones, tangos, swings y demás danzas que eran ejecutadas en los salones de la Sociedad de Empleados de Comercio, La Concordia, Sociedad de Obreros Confederada, Casino Salvadoreño y El Salvador Country Club.

Los enmascarados conocidos como los “viejos de agosto” anunciaban la apertura de la semana de fiestas mediante el tradicional Correo, en sustitución de la alegoría de Mercurio, el alado mensajero de los dioses griegos, que fue el anunciador de las festividades durante buena parte del siglo XIX.

Los catalanes Félix Olivella -padre, hijo y nieto, dueños de un céntrico almacén, “El Chichimeco”- brindaban alegría a los chiquillos y adultos capitalinos, al financiar anualmente a las personas que encarnaban a El Chichimeco. El nombre era el del gentilicio de un indígena mexicano de la zona chichimeca, pero el personaje que salía a recorrer las calles de San Salvador distaba mucho de un nativo americano. Era un personaje cuyo atuendo constaba de ropa brillante, verde y roja, zapatos puntiagudos, alto cucurucho carmesí y espada de palo pintada en color plateado. Actuaba únicamente durante el día del barrio San Esteban y era una copia en grande de una figura que se encontraba en uno de los escaparates de esa casa comercial. Su salida se constituía en una verdadera fiesta popular, pues se hacía querer de la chiquillería con sus saltos, muecas, gritos y carreras. ¡Y no usaba zancos!

Los barrios capitalinos se esforzaban por hacer mejores carrozas y exhibir sus mejores galas para el día de su “entrada” desde su barrio hasta la plaza de Armas, parque Dueñas o plaza Libertad. En sus carrozas exhibían a las bellezas femeninas del barrio, a quienes vestían de galas y las colocaban entre flores y artísticos diseños.Para sfragar todos esos gastos, los barrios destinaban meses enteros a recolectar fondos de particulares y negocios, con el fin de contratar a carroceros, peinadores y músicos profesionales, cuyos bien pagados servicios, en competencia con los contratados por los otros barrios, extraían aplausos y exclamaciones de admiración entre las personas asistentes a cada uno de los desfiles de entrada.

Uno de los más célebres creadores de carrozas fue el pintor Carlos Alberto Imery, quien asumió dicha labor tras su retorno de sus estudios en Europa, al encontrarse sin empleo, con necesidades económicas y sin mayores posibilidades de vivir de lo que le generaba el arte pictórico. Las carrozas de Imery y de otros carroceros de renombre desplegaban creatividad e innovación, a la vez que hacían alusión a motivos religiosos, mitológicos, políticos o a los más avanzados desarrollos de la ciencia y de la técnica, por lo que no resultaba extraño ver carrozas con imágenes de aviones y locomotoras.
 
El público asistente a las festividades era el que contrataba al portador ambulante del fonógrafo para que amenizara bailes de casa en casa –cuyos balcones, patios y árboles estaban adornados con faroles de “papel de China”-, repartía refrescos, pupusas, shuco-atole o cartuchos repletos de dulces típicos o confitería importada. Todo consistía en entregarse a la diversión plena, después de asistir a la procesión y a la misa en la tarde del 5 de agosto, tras lo que quizá pudiera hallarse un espacio para ver una función cinematográfica en los teatros capitalinos, como el Principal, Colón, Nacional, Coliseo, Variedades y Moderno.
 
Para fines del siglo XX y la centuria que transcurre, los festejos agostinos ya tienen un largo trecho histórico y hasta se han transnacionalizado, pues las comunidades de salvadoreños residentes en el extranjero realizan sus propias celebraciones. Las fiestas agostinas han sobrevivido a pestes, guerras, luchas nacionales e internacionales, a la secularización progresiva de la sociedad… pero se ven amenazadas con severidad por el bayunquismo, la falta de gusto estético, la ramplonería y el oportunismo. En estos siglos transcurridos, es evidente que la sociedad devota del Salvador del Mundo ha cambiado, en consonancia con los cambios mismos de El Salvador en su conjunto. ¿Desaparecerá algún día esa tradición heredada o se buscará mantenerla, protegerla y proyectarla hacia el futuro como herencia cultural intangible de nuestro pasado colonial?