Manuel José Arce nace en San Salvador en el año de 1786 y muere un 14 de diciembre de 1847. Siendo sus padres don Bernardo José Arce y doña Antonia Fagoaga. Esta era una de las familias más predominantes de la época. Siendo además unas de las mas interesadas familias por la libertad absoluta y la causa de la Independencia. La influencia de las nuevas ideas se hizo presente en la Provincia salvadoreña, Arce siempre busca adquirir una mayor preponderancia.
Don Manuel José Arce, desde muy joven siempre cultivo las buenas costumbres de la época. Su educación la obtuvo en Guatemala, gracias a una beca otorgada por FernandoVII. Pero también en su carácter llevaba la firmeza y la audacia del siglo en que vivía.
Arce fue sin lugar a dudas uno de los principales conspiradores del Primer Grito de Independencia de 1811, que depusieron al intendente de San Salvador, Gutiérrez de Ulloa.
Esta primera voz de libertad hubiera sido un éxito como dice Gavidia; “si el pueblo, si el mismo pueblo que se trataba de libertar, no hubiera sido el más insensato enemigo de sus propios libertadores.
Ya se puede concebir qué flamante República iban á fundar nuestros ilustres padres en un pueblo que recibe con aclamación á don José de Aycinena y al padre Vidaurre que vienen a condenar la libertad y a aherrojar (someter) a los libertadores”.
Los sublevados fueron; Manuel José Arce, Nicolás Aguilar, Manuel Aguilar, Vicente Aguilar, Juan Manuel Rodríguez y el doctor Celis.
Arce es declarado autor del hecho y líder de los sediciosos, ante estas acusaciones, éste guarda silencio de noble entereza, a pesar de las amenazas y ofrecimientos de libertad. Arce es condenado a prisión y sale un año despúes de los hechos. Sus ideales libertarios no se han ido y de nuevo se une al levantamiento de 1814, el cual lo llevó de nuevo a la cárcel.
Pasaron seis años, para luego incorporarse al movimiento de 1821, en donde Arce corona su ideal al firmarse el Acta del 15 de Septiembre de 1821. La cárcel ya era para este patriota algo cotidiano, una vez realizadas las elecciones para la elección de la Junta Provincial, produjo un choque entre liberales y conservadores de San Salvador, por lo que de nuevo Arce es enviado a prisión, de orden del doctor Barrierre, quien por miedo a los sucesos determina que no hubieran ni elecciones y ni Junta Provincial.
El doctor José Matías Delgado, es nombrado pacificador ante los acontecimientos y dispone poner en libertad a Manuel José Arce, quien de inmediato pasa a formar parte de la Junta Provincial.
Arce, va a ser desde su mismo nacimiento la luz de la libertad de los pueblos centroamericanos. Y es que una vez lograda la independencia de Centroamérica del Imperio español, las sombras malignas de los imperialistas no se han dado por vencido. Agustín Iturbide emperador de México, anexa a las Provincias de Centroamérica como parte de su imperio, con el beneplácito de algunas provincias, San Salvador iba ser la rebelde que se opondría ante tal atropello.
En el año de 1822, va a hacer trascendental para la historia patria, cuando Guatemala invade a El Salvador, ya que es la primera derrota de los invasores en el campo del Espinal, donde el patriota Arce derrota completamente las fuerzas de Abos Padilla.
En la historia de la humanidad no siempre el final de los grandes hombres es pacífico, quienes con su luz han señalado los destinos de los pueblos. A pesar que la ingratitud humana es inmensa, generalmente al final reflexiona y los acompaña en la hora de la última prueba.
Los Centroamericanos lamentablemente a partir de nuestra independencia de 1821 a la fecha, hemos presenciado la muerte de innumerables hijos meritísimos e excelsos representantes, a quienes condenamos al olvido y a la reprochable indiferencia, por el solo hecho de haber sido diferentes. Uno de ellos, el ilustre General Don Manuel José Arce, quien muere rodeado de unos pocos amigos, especialmente de la familia Paredes, ignorado de su pueblo y amargado bajo el peso de la miseria, quien sirvió a la Patria por más de treinta años y sacrifico en aras de su libertad el patrimonio, que con tanto sacrifico había forjado.
El 14 de diciembre de 1847, "a las tres de la tarde - dice la Necrología publicada en la "Gaceta"-, murió en esta capital el señor D. Manuel José Arce, uno de los salvadoreños más notables en la historia de nuestra Independencia y de los primeros días de nuestra libertad".
"Sus funerales -agrega- se celebraron en la iglesia de San Francisco con la solemnidad posible, y fue sepultado su cadáver en la de La Merced. Una numerosa y lucida concurrencia acompañó el féretro.
Concurrió el señor Presidente Dr. Eugenio Aguilar, sus ministros y demás empleados públicos y se le hicieron los honores militares correspondientes a su grado".
A juicio del historiador nicaragüense Dr. Modesto Barrios en un estudio que publicó en 1903, relata en estos términos el fallecimiento del prócer Arce en casa del general Fermín Paredes:
"Allí – dice -, cerca del puente de La Vega, a orillas del humilde Acelhuate, un tiempo bullicioso y cristalino arroyo, en cuyas aguas la graciosa indígena contemplaba la imagen de su morena y rojiza faz, y hoy, turbia, sucia y silenciosa corriente, álzase una casa, también humilde y solitaria.
La pobreza la había tocado con su descarnada mano; no había para qué buscar en ella visitantes. Sin embargo, dentro de ella estaba quien fue promotor de la Independencia, pacificador de Nicaragua, esforzado defensor de esta plaza de San Salvador contra Arzú y contra Filísola, y primer Presidente de Centro América; quien gozó muchos y muy merecidos honores; y quien tuvo numerosos amigos, y no escasos bienes de fortuna; y obligó a muchas gentes con mercedes y dádivas.
Allí estaba don Manuel José Arce viviendo del cariño y de la generosidad de esas mujeres del mercado, de inextinguible ardor patriótico, y de gratitud que no marchita ni abate el viento de la desgracia. Allí, a las 3 de la tarde del 14 de diciembre de 1847 expiraba abandonado, olvidado de sus demás conciudadanos. Estaban presentes en la hora fatal, el general Fermín Paredes, sus hermanos Angel María, Policarpo, José María y Agustín del mismo apellido, su sobrino Fermín y don Francisco Navas.
Para uno de nuestros próceres, para un grande y generoso con todos, silencio, abandono, olvido. He aquí la suerte de muchos hombres ilustres".
El sepelio de Arce, se da el día siguiente en la tarde del 15 de diciembre de 1847, después de las honras fúnebres que tuvieron efecto en la iglesia de San Francisco, salió el féretro rumbo a la iglesia de Nuestra Señora de la Merced.
Después de haberse hecho los honores militares correspondientes a su alto grado castrense, sus restos fueron inhumados en el ala derecha de la iglesia de La Merced.
Finalmente, y por gestiones de la Fuerza Armada de El Salvador y el Lic. Pedro Escalante Arce, descendiente del Sr. Gral. Manuel José Arce, se exhuman los restos en la iglesia de la Merced y son trasladados a su último sitial de honor al “Monumento Conmemorativo de los Próceres Salvadoreños de la Independencia Centroamericana”, el cual posee una pared de hornacina en donde en el centro de la pared se encuentran 10 nichos funerarios y en el nicho del centro de izquierda a derecha se encuentran sus restos. Dicho monumento se ubica en las instalaciones del cuartel el zapote, hoy Museo Militar, en el Barrio San Jacinto.
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